Mundo interior
¡Receta interior!
¡Hola!
Estoy aquí en Alcorcón, pensando… ¿Te has dado cuenta de cuántas recetas buscamos en nuestra vida?
Sí. Estamos constantemente buscando algo que ya esté hecho, algo que venga listo, certificado, garantizado. Una receta para cada momento, para cada emoción, para cada duda.
Y en esa búsqueda externa, muchas veces se nos olvida abrir nuestra propia “nevera” interior. ¿Tenemos los ingredientes que pide esa nueva receta? ¿Nos hemos parado a revisar lo que ya hay en nuestra despensa emocional y mental?
Cuando observamos la cantidad de búsquedas relacionadas con el autoconocimiento, el desarrollo personal, la conciencia plena, la autoestima, el liderazgo, las emociones, el mindfulness, el coaching… Nos damos cuenta de cómo buscamos fuera fórmulas y respuestas que, en realidad, están dentro de nosotros.
Y, aun así, al leer algo como esto, a veces pensamos:
– Ya sé que está dentro, por eso busco la receta que me oriente. o – Ya sé de qué va esto… voy a buscar en otro sitio.
Y otra vez, dejamos de mirar hacia adentro. Nos distraemos con lo que, en teoría, funciona (pero en otras personas).
Sí, puede sonar repetitivo decir que cada quien es diferente, que cada quien tiene su propio camino… pero es real. Y es necesario recordarlo.
Nos miramos al espejo para cepillarnos los dientes, peinarnos, maquillarnos… Pero pocas veces nos miramos con verdadera atención. ¿De qué color son mis ojos? ¿Qué mirada tengo hoy? ¿Qué me transmite mi expresión? ¿Estoy aquí… conmigo?
Los espejos no solo están en casa; también están en las personas que nos rodean. Cada ser humano puede reflejarnos algo. Pero como cada persona es única, ninguna receta puede aplicarse igual a todos.
Por eso nuestras recetas deben ser personales, hechas a medida, con los ingredientes que ya tenemos.
Cuando nos animamos a diseñar nuestro propio menú, descubrimos que somos nuestros propios chefs. Y que el autoconocimiento —el de verdad— no se descarga en PDF ni se encuentra en la primera búsqueda de Google. Se cocina a fuego lento. Se construye desde la conciencia.
Claro que podemos perfeccionar nuestras recetas con conocimientos externos… ¡y qué bien que así sea! Pero el ingrediente principal… siempre somos nosotros mismos.
Para iniciar ese viaje interior hay algunos elementos sencillos, pero poderosos:
Determinación
Actitud
Constancia
Y, al mismo tiempo, espontaneidad
Y muchos otros que solo tú puedes elegir. Porque esta jornada hacia tu interior, hacia tu mejor versión, es un regalo. El regalo de encontrarte.
Una receta que no está fuera. Está en ti.
Hacia el bienestar. Hacia el autoconocimiento. Hacia la verdadera consciencia.
El camino de la autodependencia

Comentarios
Publicar un comentario