Reencuentro

 Reencuentro

¡Hola!

Hace tiempo que no paso por aquí, y hoy me apetece contarte cómo me siento.

Estoy muy contenta con las actividades que estoy realizando: las Píldoras para la Consciencia, las Psico

Tertulias, Grupo de estudios, las consultas, los acompañamientos... y, especialmente, con los reencuentros con clientes y personas que hacía tiempo que no veía.

Me fascina cómo las conexiones por internet nos están facilitando volver a estar cerca. He vuelto a hablar con personas que no contactaba desde hace años: amistades, clientes, compañeras… ¡es una auténtica alegría!

Ver cómo hemos cambiado, cómo evolucionamos como seres humanos con cada ciclo vital, es profundamente inspirador. Vamos sumando experiencias, aprendizajes… y empezamos a mirar las mismas situaciones con nuevos ojos.

Te cuento un ejemplo: hacía años que no hablaba con mis amigas. Hoy, nos reencontramos en la distancia, a más de 8.000 km unas de otras, y aun así conseguimos vernos, ponernos al día, reírnos como antes. ¡Qué regalo el poder reencontrarnos!

Otro ejemplo: hace una década atendí a una clienta con depresión. Hoy hemos vuelto a hablar y la encontré tranquila, serena, feliz. Ha descubierto que, gracias a la tecnología, puede mantener un vínculo muy cercano con sus nietas, esté donde esté.

Estos reencuentros me reafirman en algo esencial: tenemos un papel importantísimo en nuestras vidas. Y entre todo lo que podemos cuidar, nuestras relaciones humanas merecen un lugar sagrado. Las relaciones son el espejo de lo que somos, el refugio en los días difíciles, y el terreno donde cultivamos amor, apoyo y sentido.

Como psicóloga, después de más de 24 años de experiencia, puedo asegurar que detrás de muchas de las dificultades que nos aquejan —depresión, ansiedad, inseguridad, insomnio, soledad, trastornos alimentarios, conflictos familiares, dependencia emocional, miedos, falta de sentido— hay una constante: la persona, su historia, y la forma en que se relaciona consigo misma y con los demás.

Es verdad que no siempre podemos elegir lo que nos pasa. Como la lluvia, hay situaciones que simplemente llegan. Pero sí podemos elegir cómo nos pasa, cómo queremos vivirlas, afrontarlas, transitarlas. Eso marca una gran diferencia.

Te comparto algo personal: después de mi embarazo, estuve a punto de vivir una depresión posparto. Mi cuerpo había cambiado, las hormonas estaban desbordadas, la lactancia implicaba más de lo que imaginaba. Me encontré con una “nueva yo”, mamá, esposa, y todas las demás versiones que ya convivían en mí. Pero puse en práctica mis herramientas, me dejé sostener, y logré no caer. Hoy puedo contar esta historia con gratitud y fuerza.

Por eso celebro la existencia de herramientas que nos ayudan a acercarnos, a sostenernos y a reencontrarnos. Pero también sé que nada sustituye el valor de una relación cuidada, presente, comprometida. Los abrazos, las conversaciones profundas, los silencios compartidos, la risa que no necesita explicaciones... todo eso que solo pasa cuando estamos de verdad con el otro.

En este momento en el que tantas cosas están cambiando, cuidar los vínculos se vuelve más importante que nunca. Porque al final del día, lo que permanece no son las publicaciones, ni los títulos, ni los objetivos cumplidos… sino las conexiones que hemos creado.

Así que, gracias. Gracias por estar. Gracias por acompañar. Gracias por ser parte de este camino.

¡Vuelvo pronto, seguimos conversando!

Un abrazo grande, Cuídate mucho. 🌿

Enamórate de ti




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