El espejo

 

¡El Espejo!

¡Hola!

Estoy aquí, reflexionando sobre cómo utilizamos los espejos. Sí, esos espejos concretos que reflejan nuestra imagen y nos ayudan a ponernos guapos/as.

De la misma manera que muchas personas usan el espejo solo para ver cómo están y si hay algo fuera de lugar, a veces miramos a las personas a nuestro alrededor con el mismo propósito.

Para quienes conocemos un poco de psicología, es claro que el otro es nuestro mejor espejo, pues nos muestra cómo estamos, de qué somos capaces, hacia dónde vamos, qué hacemos, y cosas por el estilo. Así como el espejo que refleja nuestra imagen, las demás personas nos enseñan cómo somos y cómo nos mostramos.

Es interesante que siempre prestamos atención al espejo: nos peinamos, nos maquillamos, nos miramos la ropa y siempre hacemos ajustes, ya sea para mejorar nuestra imagen o simplemente para poner algo en su sitio. Sin embargo, a las personas que tenemos cerca y que nos llenan de información y mensajes sobre qué podemos mejorar o qué podemos ajustar, muchas veces no les escuchamos. A menudo, les echamos el 100% de la culpa de lo que nos está pasando.

¿Me explico?

Participé en un taller de autoconocimiento, y trabajamos sobre cómo son nuestros pensamientos y nuestras emociones. Tuvimos la oportunidad de mirarnos al espejo y observar cómo nuestras teorías funcionan en la práctica. Así de sencillo y responsable. Sin embargo, las personas se preguntan: ¿Para qué quitar la responsabilidad de los demás y empezar a ser dueños de nuestro destino?

Muy pocas personas se aventuran en este viaje hacia su mejor versión. Pocas se toman el tiempo para ejercitar sus cualidades y cambiar su manera de ver las cosas.

Somos lo que vemos e interpretamos, no las cosas que pasan en nuestras vidas. Pero esto también nos otorga una gran responsabilidad: aprovechar nuestras elecciones y ser responsables de nuestros éxitos y nuestro aprendizaje. La mejor manera de aprender es ser y hacer.

¡Os invito a reflexionar conmigo!

¿Qué haces para tu futuro?



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